36. Soy superdotado y la tengo pequeña
El sábado estuve en la boda de un amigo.
Es un buen tío.
Tendrá su apodo, por supuesto.
Como el paralítico o el perlitas.
Pues resulta que mi amigo se casó el sábado.
Y en su boda pasaron cosas bastante interesantes (que me han dado varias ideas para estos emails, claro).
Una de las cosas más interesantes es que tiraron al novio a una especie de charca justo antes del baile de novios.
Fue bastante gracioso.
Aunque a la novia no le hizo la misma gracia.
Pero ya habían firmado, que se le va a hacer.
De la historia de la charca saqué una lección muy valiosa, pero no es esa la que te traigo hoy.
Resulta que este chaval, mi amigo el que se casó, tenía un secreto.
Un secreto que había guardado durante más de quince años.
Nadie lo sabía.
Ni siquiera su familia.
Solo lo conocía la novia y tan solo unos meses antes de casarse.
Y, al más puro estilo King África, soltó la booooomba.
"Soy superdotado".
No salives tanto, Boris Izaguirre, que hablamos de coeficiente intelectual.
Mi amigo el superdotado había repetido dos cursos en el instituto.
Se planteó en algún momento prepararse alguna oposición del estilo Guardia Civil o Policía Nacional.
Pero nunca se atrevió ni a empezar.
Así que se metió a Soldado, a Infantería de Marina.
Era en la época en que, si no te cagabas encima, con firmar el alta te mandaban rápido al Centro de Formación.
Nada que ver con hoy en día.
Lo que te quiero decir es que, mi amigo el superdotado, nunca se había expuesto a ningún reto real.
Era un ser durmiente, acomplejado y aterrado.
Era superdotado, pero la tenía pequeña.
Me refiero a la autoestima, Boris.
Después de pasar muchos años de su vida dudando de sí mismo.
Pensando que algo estaba mal en su interior.
"Que era tonto".
Le dio por hacer un examen de MENSA, una asociación de personas de alto coeficiente intelectual.
Pues resultó que el tonto no era tan tonto.
Más bien era muy inteligente.
A partir de entonces, su relación con la prosperidad y el estudio, cambió radicalmente.
Reventó el examen de Cabo.
Escribió tres libros.
Ascendió a Cabo Primero quedando de los primeros de su promoción.
Y va flechado a por la Permanencia, que seguro se saca a la primera.
Lo peor de esto es que sigue siendo la misma persona que hace 15 años.
La misma persona que repitió 2 cursos.
Una vez se desveló el secreto, todos los de mi mesa comenzaron a señalar al sistema educativo.
No digo que no tengan razón, pero no estoy del todo de acuerdo con ellos.
El problema es que el superdotado tenía puesto un tope.
Un tope mental, un puto bloqueo que le limitaba a ser lo que él y los demás creían que era.
Pero lo único que importa es el cómo él se ve.
Personalmente, lo de MENSA me parece una tontería.
Que esté ahí no implica que sea más o menos inteligente.
Pero me alegro infinito que hiciese ese examen, puesto que fue lo que le quitó el lastre que arrastraba.
Fue lo que le permitió explorar y darse cuenta de lo mucho que vale.
Amigo lector.
Tienes que tenerlo claro.
Si tú te limitas, no llegarás a ningún lugar.
El autoconcepto es muy importante.
No lo olvides.
Sé feliz,
Ramón Lora.
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