69. Hoy toca PERREO

Email número 69 de Finanzas Militares.

Hoy sí toca tener la mente sucia.

Oh Yeah!

Un aviso antes de empezar con la orgía.

El email de hoy va a ser tan bueno que podría ser uno de los premium de los viernes.

Hoy te invito a la fiesta, pero no te acostumbres.

 

Vamos al lío.

En honor a tan mágico número, vamos a darle bien fuerte a esa antigua escala de tipos de trabajadores que sigue en la cabeza de la mayoría de personas.

Si te preguntase por el tema seguro que me dirías que hay funcionarios, asalariados y autónomos.

Si eres un poco más tikismikis me dirás funcionaros, trabajador por cuenta ajena y trabajador por cuenta propia.

Lo típico de toda la vida, vaya.

¿Los definimos en un par de líneas?

Venga va.

Funcionario: Lo que todos quieren ser en este país (así nos va). Puedes rascarte las pelotas o ser el más currante del lugar. Elijas un bando u otro, cobrarás lo mismo.

Asalariado: Vendes tu alma al diablo en forma de jefe (¡empresario cabrón!) a cambio de una nómina "segura" a final de mes.

Autónomo: Pobres desgraciados. Sin seguridad laboral, machacado a impuestos, sin saber cuánto cobrará y ¿vacaciones? ¿qué es eso?

 

Bueeeno, bueno, bueno...

El problema de todo esto es que la gente de verdad se cree esas definiciones.

Ni unos son tan buenos, ni otros tan malos.

En la Newsletter de mañana, esa que reciben los topeh gama, explicaré los gastos reales que tiene montar un negocio, para que veas que no se pagan tantos impuestos.

¿Te centras en los autónomos entonces, Ramón?

No, no, no.

Es que yo no soy autónomo, amigo mío.

Y ni muerto quiero que tú lo seas.

Salvo caso extremo de sadomasoquismo, ser autónomo no es una buena idea.

Poca disponibilidad de tiempo, escaso beneficio (si es que lo tienes), y cero desconexión del trabajo.

En serio, ni aunque te vaya el rollo.

Mejor dedícate a la fusta.

 

Internet ha cambiado las reglas del juego.

Ha dividido a los autónomos en dos.

Pero es que, además, ha alejado tantísisisisimo a los que lo usan y a los que no, que no pueden ni deben ser considerados lo mismo.

No me gusta el término que voy a usar, pero es que lo define muy bien.

Emprendedor digital.

La palabra emprendimiento está demasiado fatigada ya.

Está gastadísima.

Mucho vendehumos/motos/trapos/espejos suelto.

Pero es que viene al caso.

 

Un emprendedor digital es aquel que vende un producto o servicio digital.

Puedes dar clases online, vender un e-book, hacer páginas webs, tener un SaaS...

Mil cosas.

Lo primero y más importante.

No tienes que hipotecar tu vida para comenzar.

Hace un año que empecé con mis licencias, por lo que empecé a apostar fuerte por mi negocio.

Para entendernos, dependía casi al 100% de lo que ingresase para vivir.

Obviamente tenía mi colchón de seguridad y todo ese rollo tan necesario que ya te he contado anteriormente.

(Por cierto, mañana actualizaré los 10 emails que faltan en el enlace, por si te has perdido alguno).

Pues en ese momento mi inversión fue de...

(Dale a la batería Mandi).

CERO EUROS.

Jooooder.

Igualito que si hubiese montado la academia en un local físico, como un autónomo.

No me jodas.

Cero euros versus alquiler del local, reforma, muebles, material, seguros, cartelería...

Pero eso no es lo peor.

El dinero, quieras que no, se recupera.

Lo peor es que, al tener que desembolsar esa cantidad de dinero, tendría que...

(Que no paren las baquetas Mandi).

TENER ABIERTA LA ACADEMIA EL MÁXIMO DE HORAS POSIBLE.

Y yo allí, claro.

Intentando llenar tantos grupos como pudiera.

Dando asignaturas que ni siquiera me interesan.

O peor, dar asignaturas en las que no soy UNA PUTA MÁQUINA.

Resumiendo.

Tendría que estar todo el día en la academia.

Adiós a mi tiempo.

Todo por culpa del gran desembolso, de lo mucho que cuesta tener una academia abierta un mes.

 

CERO EUROS.

Eso me costó a mí.

Insisto, si eres premium mañana tendrás el resumen de todos los gastos y te explicaré cómo he conseguido que el gasto no aumente cuando aumentan el número de alumnos (esto es la puta clave del éxito).

Lo mejor de que algo no te cueste dinero es la tranquilidad mental que te da.

Puedes celebrar cada alumno/cliente nuevo que tienes.

Y ajustar el número de horas que trabajas a la semana.

Esto ya es la apoteósica eyaculación (estamos en el 69, joder).

 

Actualmente tengo dos grupos de alumnos a los que doy clases en directo.

Son mis famosos GRUPOS REDUCIDOS de Tropa y Suboficiales.

¿El total de horas a la semana que he decidido dedicar a dar clases?

Siete.

"¿Al día dices?"

A la semana.

7.

"¿A cada grupo?"

En total.

Sumando las horas de los dos grupos.

Seven.

"No puede ser".

Sí, siev7n horas de clase.

Menos de una jornada laboral de un asalariado.

Osssstias.

 

Y lo mejor es que, cuando no me conforme con el dinero que gano o me aburra de la situación actual, puedo abrir más grupos o dar clases de otras cosas que me encanten y apasionen.

Puestos a poner, podría hasta renunciar a dinero y quedarme solo con 3 o 4 horas de clase.

Puedo hacer lo que quiera, porque soy mi propio jefe.

El jefe del autónomo son sus enormes gastos por tener un local y una estructura de negocio enorme.

¿De verdad piensas que pueden considerarme del mismo grupo laboral que el de la academia de tu barrio que está abierta de 8 a 21?

¿Soy igual que un autónomo?

No me jodas.

Yo no soy autónomo.

Soy emprendedor digital

Y a mucha honra, claro.

Mañana te contaré cuánto y cómo se puede generar ingresos siendo un emprendedor digital mediante el apalancamiento infinito, un concepto que merece ser explicado únicamente a los que pasan la tarjeta.

 

Sé feliz,

Ramón Lora.

 

PD: Solo si te apuntas antes de las 15:30 de mañana, viernes 18 de octubre. El que no esté dentro en ese momento, no lo verá jamás.

PD2: EMAIL PREMIUM DE FINANZAS MILITARES

PD3: Arriba.

 

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