25. Feliz cumplemuerte

Toca hablar del día de mi cumpleaños.

Y de como casi muero.

 

Bromeaba hace unos días con que quizás estaría muerto cuando leyeses ese email.

¿Te acuerdas?

Bien.

Giró el tema a tragicomedia cuando el día de mi cumpleaños, pude haber muerto en un par de ocasiones por la decisión de Marina.

 

Resulta que Marina y yo nos regalamos viajes por nuestros cumples.

Nada de iPhone, ni de smartwatch.

Viajes.

Experiencias.

Vida, joder.

 

Pues por mi cumple ha tocado Lanzarote este año.

Aún así, Marina quiso tener un detalle más y regalarme una experiencia dentro de la experiencia que es viajar.

Dudaba entre dos.

Un masaje relajante en la playa junto al SPA de un hotel de lujo de Playa Blanca.
Un día en La Graciosa con un tour en bicicleta para recorrerla y llegar a playas y lugares escondidos.
La Graciosa es una islita pegada a Lanzarote con playas salvajes y donde solo hay un pequeño pueblo. No hay coches, ni carreteras, ni ruido, ni mierdas similares. Pura naturaleza y aventura.

La elección era clara.

Y allá que fuimos con nuestras bicis.

 

Debo recomierdarte que, si vas a La Graciosa y no eres Indurain, hagas como nosotros y cojas bicis eléctricas.

¿Te ríes?

Más me reía yo viendo a los que iban en la bicicleta normal.

La mayoría no llegó ni siquiera al primer punto, una playa indescriptible y que nada tiene que envidiar a cualquier playa del mundo.

 

Vamos a la visita de la Parca.

Como podrás imaginar, los caminos para ir con la bici también son bastante salvajes.

Pues.

Pues.

Pues.

Tres bocazos al suelo, uno de ellos con efecto dominó, la espalda dolorida, el culo roto (bribón), las piernas echadas abajo...

¡Pahbernosmatao!

 

El aprendizaje que podría llevarse cualquiera de esta experiencia es que, llegados a una edad, no deberíamos DEJAR DE HACER COSAS NUNCA.

Que sí.

Que el cuerpo me dolerá unos días.

Que sí.

Que los cuasicuarentones no suelen hacer este tipo de actividades.

Que muy bien.

¿Sabes lo que de verdad pasó ese día?

Que disfruté como un niño.

Me lo pasé genial, aunque también me hiciese caquita como un niño.

¿Los problemas del día a día?

Desaparecieron.

¿El trabajo?

¿Qué es eso?

 

Solo cuando haces cosas.

Cuando te atreves.

Cuando te expones.

Solo ahí consigues la verdadera felicidad.

Vives el puto presente.

Te deseo un cumplemuerte igual que el que yo tuve.

Inolvidable, sin duda.

 

Sé feliz,

Ramón Lora.

 

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